viernes, 28 de noviembre de 2008

Entrevista a Estela San José

Como me imagino que "El Progreso" no es el "periódico de cabecera" de muchos o, al menos, no de los que viven fuera de Lugo, y dado que es necesario difundir información como ésta, aquí os dejo una entrevista que merece la pena, puesto que la entrevistada es alguien que merece más la pena todavía:


ENTREVISTA
Estela San José: ''Las víctimas de maltrato son, en muchos sentidos, como los prisioneros de guerra''
Miriam Quiroga / El Progreso (Lugo).
Desde su trinchera en el juzgado de instrucción número 3 de Lugo, Estela San José (Valladolid, 1973) desborda energía y convicción en su lucha diaria por combatir las agresiones machistas. Defiende que la clave para erradicar la lacra delmaltrato radica en la educación y alza su voz para reclamar más medios: "Juzgado exclusivo en Lugo, ya".
¿Cuál es su balance de los tres años de aplicación de la Ley Integral de Violencia de Género?Se ha creado una comisión a nivel parlamentario para ver en qué hay que modificarla. Porque fue una ley necesaria, pero las consecuencias que estamos teniendo merecen un análisis pormenorizado. El balance es muy positivo por un lado, porque cada vez se denuncia más y hay más concienciación, y negativo porque hacen falta muchos más medios.
¿Cuáles son los más necesarios?Creación de un juzgado exclusivo en Lugo y formación para todos los que trabajamos en este tema, ya. Y después, medios materiales hacen falta para aburrir. Desde el primer momento en que una mujer llega al juzgado, necesita una asistencia que no tiene. En el equipo psicosocial del Imelga trabajan una trabajadora social y una psicóloga para toda la provincia y están que no pueden más. Hacen falta muchos peritos judiciales, echo en falta un grupo de psiquiatras, salas adecuadas...
¿Qué fenómenos se observan en Lugo en relación con la violencia de género?Dos, uno negativo y otro positivo. El primero, el incremento de este tipo de violencia entre gente muy joven, de 17 y 18 años las víctimas, y el segundo, el aumento de los casos de violencia de muchos años, lo que me alegra porque significa que por fin plantan cara y se atreven a denunciar. Es positivo porque el maltrato existía, pero lo que se ha incrementado es el número de denuncias de estos casos. Incrementa también la concienciación de la gente; los vecinos empiezan a llamar y la gente empieza a asumir que todos tenemos que colaborar contra la violencia de género. Ya los testigos no hablan como al principio, que decían que esas cosas son del ámbito privado. Ahora llaman por teléfono, vienen y declaran voluntariamente. La administración sanitaria también ha dado un giro de 180 grados, están muy alerta y muy concienciados, el colectivo de trabajadores sociales también. La verdad es que se empiezan a ver los frutos de la formación, del conocimiento. Date cuenta de que este fenómeno sabíamos que existía, pero no de hasta qué punto incide. La OMS lo define como una patología; entonces, los primeros que debían concienciarse es el colectivo médico y realmente está muy concienciado. En Lugo podemos estar orgullosos porque funciona muy bien.
¿Es el Derecho suficiente para erradicar esta lacra social?En absoluto. Cuando una mujer maltratada llega a mi juzgado, el problema ya no tiene solución. Puedes ayudarla, pero el golpe, la injuria, la vejación, la falta de libertad.. ya los ha sufrido. Hay que luchar desde el principio. La OMS define el maltrato como una patología y, como tal, hay que prevenir. Y no estamos previniendo. Con lo que estamos haciendo no basta y el Derecho no lo soluciona todo. El Derecho significa poner fin a una situación que estaba viviéndose, pero es que ninguna mujer tiene por qué vivir eso. Además de ser insuficiente, el Derecho tampoco abarca todos los tipos de violencia que hay. Por ejemplo, la violencia doméstica no existe en el Derecho Penal. Si un hombre priva a una mujer de su capacidad de decisión respecto al dinero, no tenemos un tipo penal que lo castigue. La independencia económica es uno de los grandes pilares de la emancipación de la mujer. Si no tienes medios para subsistir y dependes de otra persona, se aplica el terrible refrán español de ‘No muerdas la mano que te da de comer’
¿Qué importancia tiene la educación?La educación desde la infancia y la reeducación de los maltratadores son la clave. La educación no funciona en absoluto porque no se forma en igualdad. Los maltratadores jóvenes, que cada vez son más, no son conscientes de su problema y las víctimas disculpan el bofetón, el empujón... Lo disculpan todo. Y es que se sigue teniendo la concepción androcéntrica de la sociedad. De que el hombre, por el mero hecho de serlo, tiene unos roles, unas cualidades y unos derechos que no tiene la mujer. Y eso se perpetúa. En ese sentido, en educación, vamos para atrás. Y no es culpa del profesorado o de la administración educativa. Ahora los niños no sólo se educan en la calle, sino ante la tele, los videojuegos... y en esas facetas no se está incidiendo.
¿En qué medida están funcionando algunas iniciativas, como el salario da liberdade o la protección policial de las víctimas?El salario da liberdade no funciona porque su tramitación es lentísima, y una maltratada necesita una respuesta ya, no dentro de seis meses. Es que te lo dicen: y mientras, ¿de qué como? ¿cómo pago mi hipoteca?, ¿con qué doy de comer a mis hijos?. No podemos esperar meses para la tramitación de un salario. Por otro lado, no hay dinero para dárselo a todas la peticionarias. Aparte de que a mi el concepto salario da liberdade no me gusta. La mujer tenía libertad, aunque restringida, pero con ese salario no se le da la libertad. Las ayudas sociales siguen siendo pocas y no por falta de esfuerzo de la gente que trabaja en eso, que son increíbles. Sobre la protección, antes pensaba que la mujer debía llevar pulsera electrónica, escolta... Estaba equivocada. La mujer no tiene que estar vigilada; tiene que estarlo el hombre. Porque si no llegaríamos al absurdo de que, para protegerla, la metemos en prisión. La mujer tiene que sentirse libre, poder entrar y salir de su casa a la hora que le de la gana y no estar pendiente de un policía para comunicarle sus horarios. Hay que darle libertad porque tiene que recuperar su espacio, empezar a asumir que es ella, tomar sus propias decisiones... No tiene que depender de la protección directa de otro hombre, porque así se victimiza secundariamente.
¿Están las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad especializados en la violencia de género?Hacen lo que pueden, se forman como pueden... pero no son suficientes. Pero aunque dedicásemos todos los agentes de los diferentes cuerpos que hay en España a controlar a las mujeres no sería suficiente. Porque no es el remedio. Aquí en Lugo tenemos 450 órdenes en vigor. ¿Tú crees que se puede proteger a 450 mujeres? No. Se protege y gracias a dios y toco madera, aquí no ha habido ninguna víctima mortal. Pero podía haberla habido perfectamente.
¿Es significativa la cifra de procesados por maltrato extranjeros?Empieza a serlo. La mayor parte son de latinoamérica. Lo malo es que son muy jóvenes, y lo bueno es que esas mujeres denuncian, algo que en su país no se atrevieron a hacer. Se sienten amparadas por nuestro sistema. Y creo que las inmigrantes de países del Este o de la órbita islámica no se atreven a denunciar por cuestiones de educación. Yo ya he tenido aquí dos mujeres musulmanas, pero la presión social en su ámbito es mucho mayor.
¿Por qué sigue habiendo mujeres muertas por violencia de género?Porque la ley no es un superhéroe que, cuando llega el maltratador, le pega un tiro. Por todos los medios políticos que pongamos, la voluntad humana se rige por el libre albedrío. La culpa de que una mujer muera a manos de su pareja no la tiene la mujer, la juez, el fiscal o la ley: la tiene el homicida. Y últimamente estamos culpando a todos menos al culpable.
Muchas mujeres se consideran responsables de estas agresiones y terminan retirando la denuncia. ¿Cómo ayudarlas?Las víctimas de violencia de género son, en muchos sentidos, exactamente iguales que los prisioneros de guerra. Es la teoría de la indefensión aprendida. Para poder sobrevivir, analizan su comportamiento y se autoinculpan. Argumentan: es que yo a veces le pico mucho, me paso, hablo demasiado alto... No, no y no. Claro, la mujer tiene que buscar la causa en sí misma porque si no sería terrible el pensar que la persona que le quiere, que supuestamente va a compartir la vida con ella, le pega sin ningún motivo. Un ser humano normal no puede asumirlo. Entonces se autoinculpan, analizan cuál es su comportamiento e intentan variarlo. Y es absurdo porque no es lo que motiva el golpe o la humillación del hombre, sino algo mucho más sutil. Son muchísimas las mujeres que retiran la denuncia; podría decir que un 60%, y lo hacen por causas muy diversas: por la propia indefensión aprendida, por presión social, familiar...
Usted, desde su posición, ¿intenta convencerlas?Sí. Hablo con ellas, les tomo declaración una y otra vez... siempre partiendo de la presunción de inocencia, porque no asumo que el denunciado es un maltratadorM; eso tiene que probarlo un juicio. Pero cuando dicen que quieren que el procedimiento se pare, les contesto que va a seguir porque no depende de su voluntad, sino de la ley. Tienen que asumir que no son culpables de la situación que se ha generado.



¿Qué porcentaje de las denuncias resultan ser falsas o se presentan para aprovecharse del sistema?Son muy pocas. Claro que hay alguna, como también por defraudar al seguro, por robo... pero no es significativo. Lamentablemente, porque ojalá que todas las mujeres que yo he visto aquí que han sido víctimas de violencia de género me hubieran mentido. Porque habría significado que no habrían pasado el infierno por el que han pasado. Pero es que no es cierto. En la sociedad existe una cierta sensación de impunidad, de que muy pocos maltratadores acaban en prisión porque alcanzan un acuerdo muy ventajoso con el fiscal, de que las penas de trabajos sociales no se cumplen, de que los cursos de reeducación tampoco llegan a todo el mundo porque son lejos, en A Estrada...Es cierto que se imponen trabajos en beneficio de la comunidad y no hay convenios para cumplirlos y también que muchos no pueden hacer los cursos por falta de medios. Por eso pedimos que se impartan en todos los partidos judiciales o, al menos, en las capitales de provincia. Porque el legislador sabe y todos sabemos que como no reeduquemos al maltratador, volverá a hacerlo. Yo tengo aquí a personas imputadas que ya fueron condenadas por maltratar a su pareja anterior. Ha cumplido una pena, pero nadie le ha enseñado que eso está mal. Ellos no asumen que han hecho algo mal y por eso están condenados a repetir esa conducta una y otra vez. Y, acerca de las conformidades, es que la ley las prevé si el hombre reconoce los hechos y se retira la acusación particular. A lo mejor sí se podría cuestionar si las conformidades caben o no caben en el ámbito de la violencia de género. Además, las penas en España están orientadas a la rehabilitación y a la prevención general y especial. Y estoy de acuerdo con que, cuando no se entra en prisión con conductas que conllevarían esa pena, no es justo. Pero todos los operadores jurídicos tenemos que trabajar para la libertad y por la libertad. Es el principio in dubio pro reo: lo más beneficioso para el reo.
¿Y la víctima?España tradicionalmente ha sido un sistema poco victimista. La victimología aquí nos hemos olvidado mucho de ella, en todo tipo de delitos. Empieza a haber sentencias que reconocen que aunque no haya una prueba plena en los daños morales a una víctima de violencia de género, existe. El daño moral existe porque es un daño ‘in re’, por lógica. Pero a la víctima se le ha olvidado mucho. Uno de los grandes avances de esta ley ha sido este, que se le ha empezado a dar más papel a la víctima. Tiene muchos derechos y con todo y con eso los que se le reconocen son pocos, muy pocos. Pero el que una persona vaya o no a prisión y que a la víctima se le cargue con esa responsabilidad, creo que debería desaparecer de la ley. Porque es el padre de sus hijos, es el hijo de unos señores que a lo mejor a ella la han tratado muy bien, es el amigo de sus amigos... Y se le vienen a la cabeza momentos buenos: y cuando me enamoré de él, y cuando tuvimos nuestro primer hijo... cómo le meto yo en prisión. ¿Cómo voy a meter en prisión al padre de mis hijos?, dicen muchas. En los juicios, las mujeres están muy confusas, muy desorientadas. Ahí el trabajo de los asistentes sociales y psicólogos ahí es esencial para que lleguen a asumir que si su pareja va a la cárcel no es por voluntad de ellas sino porque ha incurrido en una conducta que está tipificada en la ley.
Y cuando ve que una mujer sale...Es muy satisfactorio. Pero también es un ejemplo de cómo se nos ha cargado a los operadores jurídicos de un trabajo que no es el nuestro. A mi eso me tendría que dar igual entre comillas. Yo no tendría que pensar tanto en las víctimas. Yo tendría que pensar en un hombre que ha sido denunciado y que es inocente hasta que se demuestre lo contrario. La ley me ha cargado de tanto contenido social mi trabajo que tenemos que hacer auténticos esfuerzos para no perder de perspectiva la presunción de inocencia. El juez no es un asistente o un trabajador social. Y una cosa es la victimología y el dar una prioridad o un papel importante a la víctima y cuestión distinta es que al juez de instrucción o al fiscal se nos ponga en la tesitura de compadecer a la víctima. Desde luego que las tratas de una forma especial, por lo que conlleva. Pero es que él es inocente hasta que se demuestre lo contrario. No podemos los jueces estar buscando esos medios sociales.
¿Cómo funciona en Lugo la red de asistencia?De maravilla, dentro de la ausencia de medios que tienen. Son gente fantástica y funciona bien porque estamos continuamente en contacto por teléfono. Esto no tendría por qué darse. La interposición de una denuncia por un acto de violencia de género tendría que desencadenar el movimiento per se. No tendría que depender de la gente que estamos en este sistema. Vamos a empezar a individualizar y a cada uno lo suyo. Así es como tienen que funcionar las cosas. Vamos a establecer más protocolos de actuación. No podemos dejarlo tanto a las personas; el sistema tiene que funcionar. Si todos estuviéramos perfectamente formados en esta materia, no tendríamos tantas dudas como tenemos. En Lugo se soluciona mediante un telefonazo, pero no tendría que ser así. No tendría un funcionario que preocuparse de entretener a un niño toda una mañana. Tendría que haber trabajadores sociales en el juzgado y un lugar donde los niños pudieran estar, que no tuvieran que pasar por lo que es esto. Tendría que haber una sala adecuada para poder tomar declaración a los niños. Todo se suple con buena voluntad y horas. Ahora el ministro Bermejo dice que los juzgados van a trabajar mañana y tarde. Bien, yo ya lo estoy haciendo y no conozco a ningún juez que no lo haga. ¿Por qué no se plantean que a lo mejor hacen falta más jueces, más medios?? Que a lo mejor la gente empezamos a estar cansados, quemados. No se nos puede echar la responsabilidad de todo lo que pasa malo en este país. Y especialmente los de violencia de género. Yo no quiero que ninguna mujer muera.
¿Qué alega la Administración para no crear un juzgado específico en Lugo?Dicen que no hay número, pero sí lo hay, y mucho. En realidad, la violencia de género es una prioridad nominal, pero no fáctica. Los políticos están muy preocupados con el tema pero ellos, que son los que tienen el dinero, no lo sueltan. No se dan cuenta de que un problema como éste, si no es con medios, no se va a solucionar.
¿Cuántos funcionarios trabajan en el juzgado?Son ocho, pero dos de ellos son provisionales y tengo que justificar cada 6 meses su necesidad, algo que es tan fácil como ver la estadística del juzgado: vamos por el procedimiento 286 de violencia machista y tenemos 16 presos. Los casos de maltrato han aumentado un 30% y si esto funciona es por la gente que trabaja aquí. Tenemos unos horarios de locura... Todos los días hago horas extraordinarias y no por ello voy a tratar peor a las mujeres, ni muchísimo menos, pero se trata de dotar al sistema, de saber motivar a las personas y de que tu trabajo tenga un resultado. Porque el no poder ofrecer una solución a una mujer genera un malestar terrible.
Muchos hombres tienen la sensación de que se está convirtiendo en delincuentes a novios y maridos que no lo son.Es el precio para que los que lo han hecho, lo paguen. No se trata de culpabilizar a todos los hombres. No todo hombre es maltratador, pero el ser hombre es el primer requisito para ser autor de un delito de violencia de género. Pero no es cierto eso de que si una mujer denuncia a su pareja, éste pasa la noche en comisaría. Cuando alguien es detenido es porque hay indicios de la comisión de un delito.
Es histórico lo que está ocurriendo últimamente en la Justicia, con movilizaciones de secretarios y jueces.Es que ya está bien. Vivimos atemorizados por equivocarnos y, el ambiente social de culpabilizar al juez nos lo hemos llegado a creer. Nos sentimos mal pagados, mal reconocidos y con una injerencia del poder político en nuestro trabajo cada vez mayor. Si Montesquieu levantara la cabeza, le daría algo.



"LA VIOLENCIA DE GÉNERO NO SE PUEDE VENTILAR EN UN PLATÓ"Sin pelos en la lengua, San José arremete contra el "deleznable" tratamiento del maltrato por algunos medios de comunicación. "Es increíble ver cómo una víctima de violencia de género (Violeta Santander) sale una y otra vez en un programa televisivo disculpando a su presunto maltratador y agresor del profesor Jesús Neira. La violencia de género no se puede ventilar y tratar en un plató de televisión. No estoy de acuerdo con la emisión del programa La Noria y creo que alguien debería haber reaccionado".
Tengo entendido que llamó a televisión para protestar por la emisión de la serie Sin tetas no hay paraíso.Todos tenemos la obligación de protestar por lo que no nos gusta. No puedes decir que un determinado anuncio o programa te parece sexista únicamente en el café. No basta. Hay que protestar ante ello. Por eso, suelo enviar mails a las televisiones porque quiero que conste mi protesta respecto a determinados anuncios, series o programas.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mediación familiar


Por primera vez, alguien de mi familia encontró en la prensa ("Padres", número de noviembre de 2008) un artículo sobre la mediación familiar, lo que demostró que la mediación no es algo que me invento yo, así que debo estar muy agradecida a su autor, José M. Lacasa. Pero es que, además, se introduce con este artículo un debate muy interesante que centrará nuestra encuesta de esta semana: ¿debe la mediación encaminarse a evitar la ruptura de la pareja o sólo a facilitarla? Os transcribo el artículo y os invito a dejar vuestros comentarios:


"La mediación familiar es un concepto que surge en el mundo anglosajón en los años 70 cuando, una vez puestas en marcha sendas leyes de divorcio en EEUU y Gran Bretaña, los juzgados de familia se ven colapsados tanto por la avalancha de casos como por la duración de los mismos. la mediación trató en ese contexto de ayudar a las parejas a "separarse bien", sin traumas.

Lisa Parkinson, mediadora familiar británica con más de 30 años de experiencia, nos cuenta cómo las leyes de divorcio en aquel entonces hablaban de "progenitor custodio" y "progenitor no custodio", en vez de hablar de "responsabilidad parental", lo que favorecía el enfrentamiento por la cusotdia. Es una de las principales representantes de la mediación "terminal".

La mediación familiar que defiende este concepto gana terreno en España, donde se ha reproducido una situación similar de saturación de los juzgados de familia. Sin embargo, otros mediadores defienden un concepto más evolucionado de mediación.

Ignacio Tornel trabaja en Madrid como mediador familiar (www.mediacionenfamilia.com), además de ser colaborador habitual de PADRES. Tornel defiende una idea más amplia de la mediación, no sólo terminal, sino de ayuda a las parejas para superar sus problemas. En su opinión, "todo el mundo quiere triunfar en su matrimonio, en su vida de pareja", aunque a veces los problemas cotidianos nos hagan creer que estamos en situaciones sin solución. Parte de la base de que la posibilidad de acabar con la relación y pedir el divorcio "siempre está ahí", y por tanto hay que trabajar desde el punto de vista de intentar solucionar los problemas antes de terminar con el proyecto de pareja.

Hay que tener en cuenta que los hijos también participan de este problema: aunque algunos estudios advirtieron hace años de que una situación de conflicto declarado entre los cónyuges puede ser perjudicial para los niños, artículos más recientes ya hablan de "daños colaterales" de la separación, tanto a corto como a largo plazo. Por ejemplo, el informe "Trastorno de ansiedad por separación en hijos de padres divorciados", realizado recientemente por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (Elche) y la Universidad de Murcia, revela que "los niños que han vivido una ruptura conyugal presentan niveles de ansiedad más elevados que los niños cuyos padres permanecen unidos".

Tornel reconoce que su postura es minoritaria entre los especialistas en mediación, pero se ve apoyada por legislaciones autonómicas recientes, que abren camino a un enfoque más integral del problema.


LISA PARKINSON


Lisa Parkinson, mediadora inglesa de fama mundial, estuvo este verano en los cursos de El Escorial organizados por la UCM. Su ponencia se tituló "La mediación familiar. Retos y propuestas". Es autora de uno de los manuales de referencia: "Mediación familiar. Teoría y práctica: principios y estrategias operativas".

Parkinson es mediadora desde hace 30 años. Cuando habló con PADRES nos contó que en los años 70 en Gran Bretaña la propia legislación sobre divorcio "era dañina, muy destructiva", y en ese contexto surge la mediación familiar.

Parkinson reconoció que la mayor parte de sus clientes venían derivados de un bufete de abogados, y que por tanto el porcentaje de parejas que no se rompían tras la mediación era muy escaso. Para esta experta, "la cuestión no es si se separan o no, sino cómo se separan. Ése es el punto principal". Su enfoque es facilitar una separación sin traumas."